Ir al contenido principal

Barack Obama, ¿cristiano o laicista pro aborto?



Por: José Bellido Nina


En su primer gobierno, Barack Obama evidenció el apoyo a laboratorios encargados de experimentar con embriones humanos y su promoción a políticas abortistas, en pro del avance científico y respeto a las libertades; sin embargo, su discurso proselitista apela a la Providencia, contrariamente.

El punto de partida está en comprender el pensamiento laicista; es decir, una separación tajante que se hace entre la religión y la política, dejándonos argüir que la fe se reduce al ámbito privado carente de verdad y bien objetivo; mientras que la política es propia del ámbito público, libre de prejuicios morales y religiosos. Lo bueno y malo se reduce a la utilidad o el beneficio para un Estado que tiene poder de decisión sobre la cosa pública.

Pero, Obama, al dar su aprobación a las prácticas selectivas de eliminación de embriones y permitir el aborto, ha provocado una cultura de muerte, negando el respeto a la vida desde la concepción y tratando de usar eufemismos para contrarrestar las críticas morales y jurídicas. Por ejemplo, establecer como fin la competitividad científica de los EE.UU. y colocando como un medio el estudio y eliminación de embriones, seres humanos, o bajo la excusa de una democracia que respeta la libertades. Cuando es cierto que la persona humana por su dignidad es fin en sí misma y no un medio para otros.

Con esta aprobación, la política como actividad es despojada de los derechos naturales inherentes a la persona, cohesionando a la comunidad para la obtención del bien común.

Al existir un Estado como servidor de la seguridad jurídica y la justicia para las personas en sociedad, no se ve por qué se niega la importancia de la moral y la religión, pues ambas promueven la justicia como una virtud moral cardinal, teniendo una validez para el ordenamiento jurídico; o sea, obliga moralmente a respetar los derechos. Por ello, el embrión humano es titular de derechos gozando de protección por su existencia como persona en sociedad.

Obama fue reelegido y algunas ciudades de su Nación han aprobado el “matrimonio homosexual” y el consumo de marihuana, sin ningún tipo de crítica moral o religiosa a la que apela el mister president en sus discursos. ¿Será que contribuye al racionalismo económico y capitalista que subordina a la política?

Con lo expresado, dejamos constancia que la política y la religión están fundamentadas en el bienestar y realización de la persona humana como núcleo de toda comunidad espiritual y política.  La postura laicista,  adoptada por el presidente norteamericano, desencadena una renuncia a una moral universal que guiada a la luz de la fe fomenta el respeto a la vida presente en cada etapa del desarrollo humano. Vida humana que toda persona, en especial el católico, debe defender.