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La democracia en sentido prescriptivo de Humala



José Bellido Nina


El pasado domingo, el presidente Ollanta Humala ofreció una entrevista a cuatro periodistas. ¿El motivo? Nuestro presidente iba a realizar un balance de sus 100 primeros días de gobierno.

La primera pregunta, indudablemente, tenía que ser sobre su segundo vicepresidente enredado en supuestas irregularidades o actos de corrupción. Si bien la ronda era de economía, la pregunta era crucial. Humala, había usado como lema de campaña: "La honestidad hace la diferencia". Una expresión que persuadía al elector a votar por él con el fin de no repetir la corrupción de Alberto Fujimori, "encarnada" en la ex candidata Keiko Fujimori. Bajo estos precedentes, su recomendación fue que renunciara al cargo, sumado al trato que le dio a la investidura de Chehade, a quien mencionó como congresista.

La sinceridad caracterizó a sus respuestas; es decir, la no construcción de hospitales en cada provincia del país, lo difícil que es bajar el combustible y el gas en todos sus usos, el progreso de los programas de inclusión social, la persistencia en crear una línea aérea nacional, una mayor presencia del Estado en la explotación de recursos naturales, la no modificación, por ahora, de la Constitución, entre otros.

Lo que llamó la atención fue la respuesta que dio ante la interrogante de cómo le gustaría que le recuerden al terminar su mandato, Humala respondió que le recuerden como el mejor gobierno de la historia del Perú, el que no robó, el que asumió su responsabilidad al servir a los que votaron o no por él, también como padre y esposo.

Humala, pretende cambiar la visión de sus compatriotas hacia sus representantes democráticos. Tarea nada fácil, considerando la renuencia de Chehade a renunciar a su cargo en el Poder Ejecutivo. Lo que alimenta la percepción de cómo es la política y la democracia para el ciudadano de a pie; es decir, la democracia en sentido descriptivo. Pero él anhela que la democracia deje de ser mera descripción y se vaya por la senda del ideal; o sea, la democracia deja de ser lo que es para ir por la democracia como debe ser, democracia en sentido prescriptivo.

¿Qué sería de nuestra democracia sin ese ideal? La democracia necesita del ideal para ir por caminos normativos en defensa de la igualdad. Una igualdad concebida de distintas maneras, pues la izquierda liberal pretende formar personas o ciudadanos con libertades personales ilimitadas, generando desigualdad e injusticia, sobre todo cuando se trata de construir derechos,  dándoles la denominación de derechos humanos.

Humala, necesitará en los próximos años prudencia política para comprender la realidad nacional y generar un ordenamiento jurídico acorde con ella.

El barco nacionalista recién entrará a aguas turbulentas, intentando llegar a otro puerto sin hundirse, pero quizá sí salir salpicado.