Ir al contenido principal

Feministas e hipocresía




José Bellido Nina


Es un derecho fundamental la integridad física y moral de toda persona humana. La importancia de este bien humano se une al derecho a la vida como bien y fin; es decir, vivir y seguir viviendo. El respeto al varón y mujer como seres humanos en una acción en justicia, como toda virtud moral.

La proliferación aún de ese pensar trasnochado de los machistas y el ego comparativo en sexo y género; y por el otro, en esa bandera de "género", la lucha por al vindicación de la mujer en el matrimonio, como su papel protagónico en la escena jurídica, social y política.

Lo que me llama la atención es que los movimientos feministas de la posmodernidad han instrumentalizado a las mujeres para obtener sus logros en políticas públicas y normas jurídicas. ¿A qué me refiere? En un post anterior había hecho referencia a la actual ministra de la Mujer y su relación directa con ONG´s. Esa breve descripción de los personajes en el gobierno genera una promoción de la desigualdad. No hago referencia a que varones y mujeres no tiene los mismos derechos, pues la atención de la igualdad hace referencia a la dignidad, intrínseca a todo ser humano, de allí la universalidad de los derechos. No olvidemos también la igualdad en identidad, equivalencia y proporcionalidad de acuerdo a la naturaleza de las cosas o la justicia conmutativa, social y legal en una comunidad política o Estado. Sí, me refiero a la eliminación de los principios éticos que deben estar presentes en política, haz el bien y evita el mal, virtud de la sindéresis. 

Las feministas de esta "nueva ola", han hecho una separación tajante entre varones y mujeres. Usando el sentimiento neutro y arengas a favor de la decisión que tiene como derecho toda mujer en su vida han promovido con conciencia la destrucción del matrimonio y la familia. Este grupo poseedora de las "causas justas" utiliza la violencia y la ingenuidad en contra de las propias mujeres, pues su uso de la ignorancia en derechos permite la construcción de derechos que supuestamente no tienen, pero pueden tener. Estos derechos consensuados, sin ninguna justificación moral y jurídica, son los "derechos sexuales y reproductivos", permite que toda mujer se someta a la acción sexual con la única protección que usar métodos anticonceptivos y abortivos donde el sexo sólo sea lujuria, no apertura a la vida y la familia; la "ideología del género", ampara sus "derechos de género", la igualdad no está, entonces, en la dignidad, sino en la apariencia y el modo de pensar, ésta somete a la primera; además, ve al matrimonio y la familia como un "constructo" tradicional susceptible de ser superado en su "ola", ya que esta ideología tiene aversión a los religioso y metafísico. "Derecho" también en defensa del mal llamado "matrimonio homosexual", perseguidor de destruir la institución natural y fundamental de la sociedad. Hay ciudadanos porque deben existir los matrimonios de papá y mamá que instruyan a sus hijos a ser correctos ciudadanos. El "aborto terapéutico", en el que la vida de la madre es desigual a la de su hijo, éste le causa un daño quedando sentenciado a muerte porque sólo es un producto fetal. Nuestra legislación reconoce al concebido como persona pues, aunque la feministas no lo crean, tiene vida humana. El "derecho de las trabajadoras sexuales", promoviendo la  no castidad y virginidad o la infidelidad en el matrimonio; colaborando con un mundo cada vez más sujeto a los placeres mundanos y carnales, exponiéndolos a enfermedades de toda clase, confiando erróneamente en "métodos de protección". El "feminicidio", figura que pretende hacerse típica en materia penal, pero tiene la misma visión de desigualdad al pretender defender derechos desconocidos a las mujeres, cuando el tipo de homicidio, parricidio, homicidio calificado, lesiones, entre otros, protege a todas las personas y ciudadanos, sin importar su sexo.

La última ocurrencia de instrumentalizar a la mujer fue el caso de una niña violada a los 13 años de edad que intentó suicidarse, quedando discapacitada. La argumentación de las feministas fue que no se hizo la operación que pudo evitar ese daño a las extremidades de la menor, porque los médicos decidieron no practicar el "aborto terapéutico", alegando que se ha violado sus derechos como mujer. El comité CEDAW de la ONU, recomendó a nuestra Nación a reconocer este derecho, pero no tiene facultades para hacerlo. Distorsionaron el caso. 

En realidad, practicar la muerte del niño no iba a tener ningún beneficio para la madre, pues el daño a una vértebra cervical era grave, así los elementos del tipo del art. 119 de nuestro Código Penal no se presentan. Por tanto, el Comité de Ética, decidió no aplica el "aborto terapéutico".

Es prudente en toda persona, ciudadano, juez y legislador, discernir los justo en el caso concreto. El derecho a la vida de la madre y su hijo tienen el mismo valor y respeto. Las circunstancias tienen que ser especiales donde la vida de la mujer sí esté en riego y se presente un "aborto indirecto", en el que la vida de la madre y el niño están en peligro. Tratando el médico de salvar ambas vidas, termina por morir el bebé, pero como efecto no causado ni querido por el médico. No existiendo responsabilidad moral y jurídica.

Teniendo estas consideraciones morales y jurídicas, relacionadas con la vida, el matrimonio y la familia; las feministas pretenden fomentar la injusticia y la desigualdad entre hombres y mujeres, desnaturalizando las relaciones de los cónyuges al formar un hogar, peor aún, promocionando una cultura de muerte, donde inducen a la madre a consentir la muerte de su hijo.

Esa es la hipócrita "justicia e igualdad" de las feministas.